En primer lugar estoy profundamente agradecido a los organizadores del torneo, por brindarme este espacio para poder narrar el inicio de un proyecto que haya lejos comenzó como novedad en la vida de nuestra querida institución Esquiú, y que hoy sigue adelante gracias al esfuerzo, dedicación responsabilidad de cada uno de ustedes, (organizadores, jugadores, asociación de exalumnos, etc.)
Todo comenzó una mañana de invierno en la cuál nuestro querido Jorge Escopesi me cito a su despacho para invitarme a colaborar en la organización de un torneo para exalumnos que hasta entonces, sólo se disputaba durante todo un día en el campo de deportes. Con mucho gusto acepte dicha invitación y comencé a colaborar. Empezaron los primeros llamados telefónicos a las distintas promociones, comenzamos a pensar la estructura del torneo, bocetos de reglamentos una y otra vez, etc, y de esta manera realizamos la primera experiencia de torneo de exalumnos. Realmente fue todo un éxito, los exalumnos daban sus palabras de agradecimiento por dicho evento, y algunos comentarios comenzaban a sugerir la organización de un torneo que pueda desarrollarse a lo largo de un año.
A partir de esta experiencia que se mantuvo a lo largo de dos años consecutivos empezamos a ver como posible la organización de un torneo más extenso.
En este sentido, una mañana, en la cuál estaba tomando el famoso café docente de las 9 AM me encuentro con Verónica Roldan y me comenta que la asociación de exalumnos quería conformar una comisión deportiva, la cuál pudiera organizar alguna actividad en la cuál los exalumnos pudieran participar. Después de ese café compartido, comencé a escribir el proyecto de la comisión del deporte el cuál explicitaba la propuesta del torneo. Era muy importante más allá de lo deportivo poder describir y transmitir cuál era el sentido de fondo de esta actividad. Es decir, ¿Por qué es importante para nuestra institución educativa poder realizar esta experiencia?
Pensamos que con esta actividad podíamos lograr que muchos de los exalumnos que transitaron por el colegio, pudieran volver acercarse para reencontrarse con ese lugar tan especial en el cuál habían transcurrido muchos años de su vida. Es decir, la experiencia deportiva tenía un sentido profundo de volver a encontrarnos otra vez, pero ahora de manera diferente. Si, el objetivo era el encuentro.
Después de pensar, escribir, transitar por diferentes reuniones explicando el fin último de la implementación del torneo, comenzó la acción. En ese momento fue cunado comencé a pensar la logística. Pensaba quien era un apasionado del fútbol para que me ayude en la organización. Entonces llamé a FEDE, SEVE Y NICO. Luego empezó la búsqueda de referís, compra de pelotas, redes, armado de planillas, fixture, etc. Noches de trabajo con salamín, queso, interesantes aperitivos, en las cuáles pensábamos cada uno de los detalles para que el torneo sea un éxito. Mucho entusiasmo, diversión y responsabilidad. Opiniones compartidas, opiniones encontradas, debates, limites claros, difusos, etc.
Y llego el gran día, todo listo, nos levantamos al alba (sólo la primera fecha para no fallar), todo estaba a la perfección, pelotas naranjas, redes nuevas, césped impecable, comenzaba el humito parrillero y sonó el silbato!!!!!
Rafael Martini, egresado en el año 1996.